viernes, 18 de abril de 2008

LA EXISTENCIA Y LA INEXISTENCIA

Estimados lectores, deseo contarles sobre el día que tuve ayer, ¿porque? Porque fue un día muy excepcional.
Ante la insistencia de mi madre, que la santa mujer vive en el distrito federal desde hace ya un año y un mes, y que aunque no le gusta que le diga a la gente, (a la antigüita) su edad. Que fuese yo a Guadalajara a buscar su acta de nacimiento. Aquí quiero aclarar que su acta, la copia original que ella tenía en su posesión, desapareció hace algún tiempo y no encontramos ninguna copia de esta como para saber los datos como el número del libro ni el folio del acta. Así que solo teníamos los datos de su fecha de nacimiento y los nombres de ella, sus padres y sus abuelos.
Acudimos al dif de México para que esta acta fuese buscada en el registro civil de Guadalajara. y nuestra petición volvía cada vez con una cata del registro color amarilla y con sus respectivos sellos diciendo que la mujer que me pario, que estudio hasta su universidad, que viajo a Europa, que se caso con mi padre, que registro a mis dos hermanos y a sus servidora presentando en el pasado dicha acta, no existía. Nos solicitaban que pagáramos una inexistencia del acta y que volviéramos a registrar el nacimiento de mi mama.
Ella quiere y necesita esta acta para poder solicitar su despensa que le dan a los pensionados en el distrito federal hoy en día. Pero el acta no existía al no haber sido capturada en la base de datos. Su apellidos no eran comunes, Verdayes Götting Beatriz. Así que como me informaron en el registro ayer, deberían de aparecer rápidamente. Su hermano en paz descanse, siendo el único otro con esos apellidos que nació en la ciudad de Guadalajara, aparecía en la pantalla de la computadora por medio de su acta. Pero era obvio que el documento que comprueba la existencia de mi mama estaba traspapelado.
Acudí al registro civil, al archivo general, donde estaba una fila de tres cuadras de gente que solicitaban sus copias de actas de nacimiento. Así que no por el afán de que se me diera trato especial, ya que quien soy yo para recibirlo, no me forme, mi petición era otra. Les explique que ya habíamos pasado por los tramites necesarios y que el papel no había aparecido en el pasado incontables veces. Yo quería solicitar el poder hacer la búsqueda yo misma. Me fue negado. Entiendo que personas han destruido actas y robado libros de mala fe. Pero yo solo quería el documento legal que por derecho le pertenece a mi madre.
Alguien me sugirió ante mi insistencia que acudiera al registro civil numero 1 de la misma ciudad, ya que en 1935, el año de nacimiento de mi mama, ups ya dije cuantos años tiene, los siento ma. Ese era el único que existía. Camine parte del camino, pero como ya eran las dos de la tarde y creí que cerrarían, pare un taxi que me dejo ahí por solo diez pesos. Cruce la calle y entre con una cara de tristeza en mi rostro, le explique mi situación al primero que me pregunto que deseaba ahí. Claro que la inspiración me hiso agregar una historia triste para así causarle lastima a mi interlocutor.
Vengo del archivo del estado, donde, aparte de la fila de gente que estuvo impresionante, me negaron la ayuda que solicite, mi madre yace en estos momentos en su lecho de muerte, y a pesar de haber solicitado su acta de nacimiento miles de veces, nos siguen mandando una carta amarilla diciendo que no existe. ¿Como voy a poder registrar su muerte si no puedo comprobar su nacimiento? Vengo desde el distrito federal y deje a mis hijos solos, tengo que volver hoy con el acta. Por favor ayúdeme. El joven me dijo que bajara unas escaleras y entrara por una puerta hasta el fondo y que no le dijera a nadie que al me había mandado.
Era obvio que alguien que trabajaba en ese cuarto les infundía temor a sus compañeros de trabajo. Al llegar ahí, vi a una señorita rubia con ojos de color. Hacia ella me dirigí, le volví a contar mi triste historia y creo que hasta una lagrima escapo mi ojo. Fui tan convincente que le pidió a otro joven que llamaremos Juan porque no quiero meterlo en problemas con mi artículo. Que buscara el acta de mi madre. También aclaro que ella me creyó y por lastima me dejo permanecer ahí. En fin más de una hora después, aun no aparecía el acta. Mencione que tal vez debería de estar traspapelada, pero ella se ofusco y me dijo que ahí ningún papel estaba traspapelado. Así que guarde silencio. No quería perder lo que ya había avanzado hasta ahora.
Entonces un tipo raro, viejo, con dos pares de lentes sobre su frente, con una cara enajenada entro a la habitación aventando una silla. Todos ni se inmutaron solo se miraban los unos a los otros con una cara de (es este loco de nuevo) el hombre neurótico gritaba que ya estaba hasta la frente de buscar actas y que les había dicho a unas personas afuera que su acta no existía y que no la iba a buscar. Que respetaran los horarios y que le valía madres. Que le daba lo mismo si pagaban una inexistencia pero que el no la iba a buscar. Ella termino su turno y fue más importante su salida del trabajo que mi presencia en su escritorio así que me encontré a solas. Al quedarme sola, otro hombre se me acerco, el tenia unas actas en sus manos y me conto como había tenido que buscarlas nombre por nombre. Le pregunte donde estaba Juan el que estaba buscando el acta de mi madre, y me dijo tras repetirle mi triste y gracias a dios falsa historia que me gustaría preguntarle como iba en la búsqueda. El me enseño a Juan que estaba sentado en el fondo de la habitación tras los libreros que guardaban los libros del año 1935. Me le acerque con una sonrisa, y le pregunte como iba, el me dijo que solo le faltaban checar unos dos libros mas que tenían índice, ósea una hoja con los nombres de las personas cuyas actas estaban en ese libro pero me señalo cuatro volúmenes que no tenían índice y me dijo que esos tendrían que ser leídos acta por acta.
Me ofrecí ayudarlo a buscar y el que ya estaba enfadado de todo un día de trabajo, me lo permitió. Aclaro que esto esta prohibido y que el doblo las reglas porque confió en mi. En fin, tras muchos López, Sánchez, Hernández y Rodríguez, termine el primero de los cuatro libros sin éxito. Con cuidado lo guarde en su lugar. Tome otro libro pero me di cuenta que estas eran actas de puros hijos naturales, así que mi madre claro no estaría ahí. Lo cerré y guarde junto con el otro. En el tercer libro, decía marzo y los apellidos empezaban con la letra m. aun así decidí seguir leyendo acta por acta. A medio libro un apellido salto a mis ojos, Götting, Eureka, le di lectura a toda el acta que decía:
En Guadalajara a 7 siete de marzo de 1935 mil novecientos treinta y cinco, a las dieciséis horas compareció Jaime Verdayes casado mecánico de 37 años originario de león Guanajuato y dijo que el día 1 de enero ultimo a las 1 horas 45 minutos en la casa numero 1202 calle 15 sector hidalgo nació la niña Beatriz Candita Verdayes Götting que presenta viva a su hija legitima y de su esposa Beatrice Götting de Verdayes de 27 años originaria de Nueva York Estados Unidos ambos mexicanos raza blanca católicos y de esta vecindad abuelos paternos Francisco Verdayes y Carmen Gutiérrez de Velasco de Verdayes y maternos Louis Götting y Candita calas de Götting testigos Francisco Guzmán y Macario Garnica jornaleros mayores de edad y de este domicilio quienes declararon saber la nacionalidad de los padres del niño. Se le dio lectura y conformes con su contenido firma y las firmas de mi abuelo, abuela y el juez.
Aun lado del acta el juez, escribió el apellido Verdalles. Uno de los motivos por el cual el acta no había sido encontrada. Este papel también estaba ya muy amarillento y casi destrozándose por el tiempo, también muchas de las actas que tuve en mis manos ese día estaban o ya muy rotas o de plano ilegibles. Me dijeron que el hombre neurótico que se llama de verdad Benito es el único que busca en los libros sin índice y si recuerdan el es el que vociferaba mas temprano que no iba a buscar el acta de otra pobre persona. Fue tal mi emoción el tenerla por fin en mis manos que grite “la encontré” a lo que el tal Benito se me acerco y me dijo ¿Qué encontraste? Le dije “el acta de mi madre y le enseñe al documento. El me quiso regañar por estar leyendo estos libros y le dije mi historia, a el no le importo, tomo los datos y me dijo, así una por una también yo la hubiese encontrado. ¿Están de acuerdo conmigo que esta persona es la más ineficiente del mundo? Y los destinos de las actas de nacimiento del registro civil de Guadalajara numero 1 están en sus manos.
Pague el acta explicándole a la señorita que la búsqueda la había hecho yo y ella no me la cobro. Minutos mas tarde, el tal Benito me la entrego de mala gana ya escaneada y sellada en un papel oficial exigiéndome el recibo de pago que firmo con su cara de pedo acedo y yo claro que Salí volando de ahí, antes de que me la quitaran por cualquier motivo. Camine varias cuadras a correos de México mientras con mi celular le marcaba el teléfono de mi mama en México. Ella al saber la noticia, estaba eufórica. Por fin tendría sus despensas y nosotros cuando llegue el triste día en que ella nos falte, tendremos forma de comprobar que si existió.
Yo tuve que actuar, engañar, buscar acta por acta para poder solucionar mi problema. ¿Pero que tal los demás? Todas aquellas personas que están en manos de burócratas como Benito, que no hace su trabajo de capturar todas las actas del registro civil. Es tan sencillo hoy en día con el uso de scanner que parece ridículo que muchas actas están aun traspapeladas, en sus libros despedazándose, y Benito no hace su trabajo. Había otro joven ahí mas interesado en un juego de video que una niña que estaba ahí le mostraba que en los documentos que tenia que capturar en la computadora.
Espero que ellos, o sus jefes lean este articulo, gente como yo no tendríamos que recurrir a engaños o como los demás a resignarse a pagar una inexistencia y otro registro si gente como Benito hiciera su trabajo. De plano este tipo debería de ser corrido y una persona con ganas de trabajar debería de estar en su lugar. Lo siento Benito, pero creo que ya te enfadaste y deberías de trabajar en otra cosa, algo que no te tenga mentando madres y aventando sillas de un lado a otro de la oficina.
Una forma de cambiar el mundo, es trabajar en algo que te de gusto. El estrés mata, y si no se animan a hacer ese cambio de labor, por ustedes mismos, afectaran al resto de la sociedad. En el caso de Benito, de eso depende la existencia o la inexistencia de las actas de nacimiento del registro civil numero uno de la ciudad de Guadalajara. No sean como el. Hagan sus trabajos con gusto y si esto no es posible, busquen otro trabajo que si le guste hacer. Todos tenemos cualidades para algo. Porque no dedicarnos a lo que somos buenos. Así el mundo cambiaría, tan solo cambiando nosotros mismos nuestro ambiente de trabajo.

ESTE ARTICULO SE PUBLICÓ EN LA REVISTA MERETRICES DE SAN JUAN COSALÁ EN EL MES DE FEBRERO 2008

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